Madroño (Arbustus unedo) |
El madroño (Arbustus unedo) es una planta a la que diferentes culturas han considerado mágica. Para los romanos se relacionaba con la protección del umbral de las casas. En algunos países islámicos utilizan los madroños para alejar las enfermedades y maldiciones. Por otro lado, es conocida la facilidad con que los frutos fermentan en el propio árbol, pudiendo llegar a provocar embriaguez en aquellas personas o animales que ingieren un número excesivamente alto de sus atractivas bayas. Precisamente, así como Arbustus quiere decir arbolillo, unedo vendría a significar sólo comer uno, recomendando prudencia a la hora de degustar sus frutos.
El madroño es el arbusto típico de la sierra. Muy abundante en la zona norte de la provincia de Córdoba, en los bosque de encinas o de alcornoque, así como en los matorrales y landas resultantes de la destrucción de estos bosques. Es un arbusto que prefiere montañas no muy altas, no mas de 1200 m, y con suelos preferiblemente silíceos.
El madroño es el arbusto típico de la sierra. Muy abundante en la zona norte de la provincia de Córdoba, en los bosque de encinas o de alcornoque, así como en los matorrales y landas resultantes de la destrucción de estos bosques. Es un arbusto que prefiere montañas no muy altas, no mas de 1200 m, y con suelos preferiblemente silíceos.
Es un arbusto de 2 o 3 metros de altura, pero podemos encontrarlos más altos en zonas de tierra buena y abundante agua. Tiene las ramitas jóvenes de color rojizo, y las hojas, perennemente verdes, algo menores, en tamaño, a las del laurel. Forma lanceolada y ovada, dentada o aserrada en los bordes, lampiñas, lustrosas y algo coriáceas, sostenidas por un corto pedúnculo. Las flores forman ramilletes terminales más o menos péndulos, y tienen forma de vasijita, de color blanco tirando a verdoso. Dentro de la corola se hallan los diez estambres, con los filamentos vellosos inferiormente y dos cuernecitos en cada antera. El fruto es una baya de 20 a 25 mm, de color rojo intenso cuando esta bien madura, toda cubierta de puitas, y con la carne amarillenta. Florece a finales de primavera, los frutos maduran al año siguiente, cuando la planta vuelve a florecer.
La corteza del madroño contiene abundantes materias tánicas, por lo cual se utiliza como curtiente y como desinfectante. Las hojas y los vástagos jóvenes tienen también la misma cantidad de taninos, y el glucósido llamado unedósido. Contienen así mismo cantidades importante de de hidroquinona, sacarosa, etc. En los frutos, cuando están bien maduros, hay más de 10 % de azúcares, ácido málico, pectinas y un 0.5 % de alcohol. Tanto la corteza, las hojas como el fruto tienen grandes cantidades de arbutina.
El uso tradicional que se le ha dado a este árbol, por la facilidad con que fermenta los azucares de los madroños, es la elaboración de vinagre y licores. Desde el punto de vista curativo, se utiliza desde la antigüedad como antidiarreico, antiséptico del aparato urinario (muy efectivo en caso de cistitis y uretrítis) y antiséptico de las vías respiratorias altas.
La corteza del madroño contiene abundantes materias tánicas, por lo cual se utiliza como curtiente y como desinfectante. Las hojas y los vástagos jóvenes tienen también la misma cantidad de taninos, y el glucósido llamado unedósido. Contienen así mismo cantidades importante de de hidroquinona, sacarosa, etc. En los frutos, cuando están bien maduros, hay más de 10 % de azúcares, ácido málico, pectinas y un 0.5 % de alcohol. Tanto la corteza, las hojas como el fruto tienen grandes cantidades de arbutina.
El uso tradicional que se le ha dado a este árbol, por la facilidad con que fermenta los azucares de los madroños, es la elaboración de vinagre y licores. Desde el punto de vista curativo, se utiliza desde la antigüedad como antidiarreico, antiséptico del aparato urinario (muy efectivo en caso de cistitis y uretrítis) y antiséptico de las vías respiratorias altas.
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