miércoles, 10 de julio de 2013

Los hongos

Tremella mesenterica
Gracia a la abundantes lluvias de este invierno, estamos teniendo un año maravilloso de setas. Los hongos son unos organismos espectaculares. Los que denominamos setas, embellecen el campo desde el otoño hasta la primavera, momento en el que son sustituidas por las flores. Los amantes de la naturaleza disfrutamos muchísimo en épocas de setas. Es una sensación indescriptible el descubrir, cual buscador de tesoros, las rarezas micológicas que el paseo nos depara. 
Las setas pertenecen al reino Fungi (hongos), aunque hasta el año 1980 se incluyeron dentro del reino de las plantas. Fue en este año cuando el botánico R. H. Whittaker consideró que al ser, los hongos, organismos heterótrofos (se alimentan de otros seres vivos) no podían pertenecer al mismo reino que las plantas, autótrofas (transforma la materia inorgánica en orgánica gracia a la fotosínteis), y creó un reino aparte que denominó Fungi.
Este reino está formado por cuatro Filos:
Rhodophyllus nitidus

  • Chytridiomycota. Es un filo ancestral formado por hongos acuáticos principalmente.
  • Zygomycota. Mohos de alfiler y otros.
  • Ascomycota. Levaduras, mohos, colmenillas y trufas.
  • Basidiomycota. Tizones, royas, hongos gelatinosos, setas y yesqueros.
Tipicamente, el hongo se compone principalmente de una masa de hilos llamados hifas, que colectivamente forman el micelio; en el filo Basidiomycota y en algunos Ascomycota, este micelio se agrupa en el momento de la reproducción para generar un cuerpo fructífero denominado seta, que suele ser un pie con un sombrerillo y es la estructura que nosotros utilizamos para identificarlos, pero que no es todo el hongo, la mayor parte se encuentra en forma de hifas.
Los hongos son organismos espectaculares y extraños. Uno de los habitantes más grandes y viejos de Estados Unidos es una armilaria de la especie Armillaria gallica. Se extiende sobre una superficie de 600 hectáreas, su peso se estima en más de 100 toneladas y su edad se estima en 1.500 años. El cuerpo fructífero de cualquier tipo mas pesado de cuantos se ha registrado corresponde a un hongo yesquero del New Forest de Inglaterra que pesaba 45,5 kilogramos; y el más grande que ha crecido hasta el momento es un hongo yesquero de los Reales Jardines Botánicos de Kew, Londres, de más de 1,5 metros de largo y 1,1 metros cúbicos de volumen. El peo de lobo (Lycoperdon pyriforme) más grande que se haya registrado jamás vivió en Canadá y su contorno medía 2,6 metros, puesto que los peos de lobo producen por término medio unos 7 millones de billones de esporas, suficiente para poblar varias galaxias. Los micólogos reconocen unas 60.000 especies, pero el verdadero número podría rondar el millón y medio.

La mayoría de los hongos son saprobios y se alimentan de materia orgánica muerta. De modo que, junto con muchos animales, protozoos y bacterias, son los grandes recicladores del mundo.
Muchos de las fructificaciones que los hongos producen para reproducirse y dispersarse son deliciosos y nutritivos. Algunos, como las trufas, las colmenillas y las setas shiitake, se cuentan entre los alimentos más preciados. Pero otros son venenosos, algunos mortales; y algunos producen alucinaciones que en algunas épocas han dominado las filosofías y ayudado a conformar las jerarquías sociales de culturas enteras. Los mohos, del filo Ascomycota, son los principales agentes en la creación de los grandes quesos: Penicillium roqufortii convierte en roquefort la leche agriada de oveja, P. camembertii ayuda a convertir el queso fresco normal en camembert, y así tantos otros. Un pariente cercano, P. chrysogenum (P. notatum) nos proporciona el antibiótico denominado penicilina. Antibiótico significa anti-vida; y muchos hongos producen antibióticos de muy diferentes tipos que les ayudan a competir con otros organismo, sobre todo bacterias y otros hongos. La levadura del pan y de la cerveza también es un ascomicote de la especie Saccharomyces cerevisiae. Convierte el azúcar de los cereales en dióxido de carbono y alcohol, y así esponjan la masa y hacen la cerveza. Los hongos también han pasado a formar parte importante de la industria biotecnológica. Pero los hongos también son parasitos importantes y agentes morbíferos y atacan a animales y plantas produciendo graves enfermedades e incluso la muerte.

Líquenes cladonia
Hay otro aspecto de los hongos bastante diferente: sus muchas y fundamentales relaciones mutualistas con plantas. El mutualismo es una forma especial de simbiosis en la cual ambos participantes salen beneficiados. Las simbiosis hongo-planta toman dos formas principales. La primera es la íntima asociación que forman unas 13.000 especies de hongos con algas verdes en los líquenes. En ocasiones, en la formación de un solo liquen intervienen hasta cuatro o cinco organismos diferentes. Pero sólo se conocen unas 40 especies diferentes de algas verdes o cianobacterias que establezcan relaciones con hongos para formar líquenes, de modo que cualquiera de estas especies fotosintéticas pueden asociarse con una gran  variedad de hongos. Lo que importa resaltar es que liquen no es el nombre de un tipo de organismo, sino simplemente un modo de vida. El segundo tipo de simbiosis es la íntima asociación que forman muchos hongos con las raíces de plantas. Son las micorrizas. La relación micorrizal es también mutualista: el hongo aporta nutrientes de todo tipo que obtiene de la absorción de minerales y de la descomposición de la materia orgánica de su entorno, mientras que la planta proporciona productos adicionales de la fotosíntesis. En conjunto, se estima que un 85 por ciento de todas las especies de plantas forman relaciones micorrizales. Los grandes árboles de los bosques templados y tropicales crecen en gran medida gracias a sus micorrizas. Muchas semillas de orquídeas no podrían germinar si no estuvieran infestadas por el hongo micorrizal apropiado; algunas orquídeas han llegado incluso a mantener esta relación de por vida y a prescindir de la fotosíntesis. Muchos biólogos creen que la colonización del medio terrestre por las plantas no habría sido posible sin la ayuda de los hongos.

Los hongos son también unos maestros de la reproducción. Generalmente se dispersan por medio de esporas que son de dos tipos. Las esporas mitóticas o mitosporas son diploides, lo que significa que contienen dos conjuntos de cromosomas. En los casos más simples, la germinación de la espora produce un nuevo individuo, lo que constituye una forma de reproducción asexual. Las esporas meióticas o meiosporas son haploides, es decir, contienen un solo conjunto de cromosomas. Las meiosporas a veces germinan y forman un nuevo organismo, lo que nuevamente es una forma de reproducción asexual; pero a veces dos meiosporas actúan como gametos y se fusionan para formar un nuevo individuo, es decir reproducción sexual.

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